Lima, 31 ene (Prensa Latina) Una asamblea de organizaciones sociales de Machu Picchu-Pueblo puso fin hoy a una huelga general que impidió la privatización de la venta por Internet de las entradas al santuario inca de piedra.
La decisión dio su visto bueno al acuerdo entre el Gobierno y el gobermador de la región surandina de Cusco -donde se encuentran el pueblo y la ciudad pétrea-, Werner Salcedo, y el alcalde de la localidad, Elvis La Torre.
El acta firmada atiende tácitamente la demanda social de anular la entrega de la venta de entradas a la empresa Joinuis, que, ante la resistencia social, pidió adelantar el fin del contrato que le otorgaba la exclusividad de la venta de entradas con una comisión considerada excesiva por los impugnadores del convenio.
Tras la asamblea, el gobernador Salcedo felicitó al pueblo de Machu Picchu, punto de acceso al santuario inca y a los alcaldes de las provincias y distritos de Cusco por lo que consideró un triunfo lo que muchos consideraron en Cusco del inicio de un proceso de privatización del patrimonio cultural.
«Hemos logrado iniciar por fin aquello que durante décadas hemos soñado, una descentralización efectiva no solo administrativa sino también en la asignación de recursos», aseveró sobre los alcances de la solución del conflicto.
Añadió que la descentralización económica y el verdadero desarrollo se extenderá a todas las regiones, en virtud de la solución alcanzada, que asigna al Estado la venta de las entradas con un nuevo sistema informático a cargo de la estatal Secretaría de Gobierno y Transformación Digital, de manera descentralizada.
Ello significa que se cumplen «los puntos de agenda de acuerdo a la plataforma de lucha, hemos hecho respetar nuestro único patrimonio y maravilla de la Humanidad», dijo a su vez el alcalde del pueblo de Machu Picchu, Elvis La Torre.
La ministra de Cultura, Leslie Urteaga, destacó el fin de la huelga y resaltó la declinación de la empresa Joinius, pese a frustrarse ayer un diálogo en el pueblo, ante su exigencia del cese total de la protesta como condición para las conversaciones.
La demostración iniciada el viernes último privó al país de ingresos por visitas a Machu Picchu por aproximadamente un millón de soles (más de 263 mil dólares) diarios, según la versión oficial.